
La frambuesa no es solo una baya, es el recuerdo de un verano soleado, el susurro de las hojas y la calidez de la cocina al preparar mermelada aromática. Un frasco de mermelada de frambuesa casera es un pequeño milagro que llena las frías tardes de invierno con un sabor verdaderamente soleado y cálido. Preparar mermelada de frambuesa no es difícil, pero incluso las recetas más sencillas tienen sus propios secretos que ayudan a conservar al máximo sus beneficios y hacen que el postre sea especialmente delicioso.
Para elaborar mermelada de frambuesa, es importante preparar las frambuesas adecuadamente para conservar su sabor y textura. Clasifique las frambuesas: retire las dañadas o aplastadas, así como los restos, las hojas y los tallos. Esto es fundamental para la pureza y el sabor de la mermelada.
Lava las frambuesas con cuidado. Si las frambuesas son de tu propio huerto y estás seguro de que están limpias, puedes omitir el lavado. De lo contrario, lávalas con mucho cuidado con agua fría para no dañarlas ni hacerlas puré.
Después de lavarlas, colóquelas sobre papel absorbente o en un colador para escurrir el exceso de humedad. Unas bayas demasiado húmedas pueden alterar la consistencia de la mermelada al hervirlas.
Si es necesario, elimine las plagas: puede sumergir las frambuesas en agua con sal durante unos 10 segundos. Esto ayudará a eliminar los pequeños insectos que puedan estar presentes. Luego, enjuáguelas bien y séquelas de nuevo.
Después de dicha preparación, puedes comenzar a cocinar según la receta seleccionada.
1. Mermelada clásica de frambuesa «Babushkin estándar»
Esta receta de la era soviética es sin duda un referente: de color escarlata intenso, con bayas enteras, viscosa e increíblemente aromática.
Ingredientes:
- 1 kg de frambuesas
- 1 kg de azúcar
Las frambuesas son muy delicadas, así que lávalas con mucho cuidado y deja escurrir el agua. En una cacerola amplia, vierte las frambuesas en capas con el azúcar. Deja reposar de 2 a 3 horas para que suelten su jugo. Pon a fuego medio, lleva a ebullición, retirando la espuma. Cocina de 5 a 7 minutos y apaga. Deja reposar de 8 a 10 horas, luego vuelve a hervir y cocina de 5 a 7 minutos más. Vierte la mermelada en frascos esterilizados y enróllalos.
2. Mermelada de frambuesa «Cinco minutos»
Si quieres conservar el máximo de vitaminas y conseguir unas frambuesas ligeras y casi frescas, esta receta es para ti.
Ingredientes:
- 1 kg de frambuesas
- 1 kg de azúcar
Mezcla las bayas con el azúcar y deja reposar de 30 a 40 minutos. Lleva la mezcla a ebullición a fuego alto, removiendo suavemente. Hierve durante exactamente 5 minutos y retira del fuego. No cocines demasiado la mermelada: las frambuesas tienen un aroma delicado y es fácil que se estropee con una cocción prolongada. Si lo deseas, puedes verter la mermelada directamente caliente o dejarla enfriar por completo y envasarla en frascos. Es mejor guardarla en el refrigerador o en un lugar fresco.
3. Mousse de mermelada de frambuesa sin cocinar
Para los amantes del sabor ultranatural y de la comida cruda: ¡no cocinamos las frambuesas, conservamos todas sus propiedades útiles!
Ingredientes:
- 1 kg de frambuesas
- 1,2 kg de azúcar (o al gusto)
Las frambuesas deben estar lo más frescas y secas posible. Pásalas por un colador (o licuadora), retirando las semillas. Mezcla el puré con el azúcar hasta que se disuelva por completo. Viértelo en frascos pequeños y guárdalo solo en el refrigerador. ¡Esta mermelada es ideal para rellenar panqueques, yogur o simplemente para una tostada caliente!
Prueba a añadir un poco de vainilla o una ramita de menta a la mermelada de frambuesa: conseguirás un sabor nuevo e interesante. La pulpa y los huesos que quedan después de colarla se pueden verter con agua, hervir y preparar zumo de frambuesa.
¡Comienza cada mañana con una cucharada de mermelada de frambuesa, que aportará un poco más de colores brillantes y verano a tu día durante la temporada de frío!
