
El aumento de los costes energéticos, la inflación, la escasez de materias primas y los efectos del cambio climático son algunos de los problemas que ha tenido que abordar la industria alimentaria en los últimos años.

Amelia Marti del Moral, Universidad de Navarra
Esto ha forzado un cambio en el enfoque de muchas empresas del sector, que han pasado de priorizar el producto a centrarse en el bienestar de las personas, buscando mejorar la salud y la calidad de vida de los consumidores. __
El sector alimentario español
La industria de alimentación y bebidas es un pilar fundamental de la economía española, ya que constituye la principal rama manufacturera del sector industrial. Según las últimas estadísticas oficiales, el sector alimentario español representa el 2,3 % del PIB y está compuesto por cerca de 28 000 empresas, de las que el 96,1 % son pymes.
En 2024 generó una cifra de negocios de casi 170 millones de euros, el 23,8 % del total del sector manufacturero, representando el 23,3 % de las personas ocupadas y el 18,2 % del valor añadido.
Un sector en constante cambio
Entre los subsectores más relevantes en términos de empleo se encuentran la industria cárnica (24,9 %), la panadería y pastas (20,5 %), la fabricación de bebidas (12,3 %) y otros productos alimenticios (13,4 %).
Sin embargo, los avances en biotecnología y el desarrollo de nuevas tecnologías (como la IA) ha dado a la industria alimentaria un enfoque multidisciplinar que la vincula al sector farmacéutico.
Esto no solo demanda nuevas competencias y perfiles profesionales, con una formación más transversal. También ha aumentado la necesidad de integrar salud, sostenibilidad e innovación en todas las etapas de la cadena de valor:
- Produciendo alimentos saludables y sostenibles. La creciente demanda de productos más sanos ha llevado a reformular recetas mediante la reducción de azúcares, grasas y sal e intentando no alterar el sabor o la textura del producto. Por su parte, la sostenibilidad exige que se minimice el impacto ambiental de la industria, con el uso de empaques biodegradables y tecnologías que optimicen el uso de agua y energía.
- Dando respuesta a las alergias e intolerancias alimentarias de los consumidores. Con el aumento de los diagnósticos de estos trastornos, las empresas deben diversificar su oferta para incluir opciones como productos sin gluten, sin lactosa y sin alérgenos comunes.
- Ofreciendo alimentos funcionales y personalizados. Los consumidores ya no buscan solo nutrición básica, sino beneficios específicos como el fortalecimiento del sistema inmunológico o la mejora de la digestión. Esto exige innovación tanto en ingredientes como en tecnologías.
- Fomentando la educación y la transparencia. Existe una fuerte presión para que la industria proporcione etiquetados claros que permitan a los consumidores tomar decisiones informadas. Además, se espera de las empresas que apliquen un marketing responsable, especialmente hacia los niños.
- Garantizando la seguridad alimentaria y la existencia de cadenas de suministro resilientes. Acontecimientos recientes, como la pandemia y los nuevos conflictos entre países, han subrayado la importancia de garantizar cadenas de suministro robustas, apoyadas por tecnologías como el blockchain, que ayudan a mejorar la trazabilidad del producto y aumentan la confianza del consumidor.
Más innovación y compromiso
La industria alimentaria debe combinar innovación, sostenibilidad y compromiso con el consumidor para ir hacia procesos más saludables, sostenibles y equitativos. Este desafío requiere del esfuerzo conjunto de gobiernos y empresas para regular y fomentar mejores prácticas en el sector alimentario.
La investigación y la innovación tecnológica deben servir para desarrollar sistemas alimentarios más sostenibles mediante tecnologías emergentes como las proteínas vegetales, la carne cultivada y los empaques biodegradables.
También es crucial seguir apostando por la promoción de hábitos de vida saludables, educando a los consumidores sobre la importancia de una dieta equilibrada y el conocimiento de los productos que consume, al tiempo que se reduce el desperdicio alimentario.
Amelia Marti del Moral, Catedrática de Fisiología, Directora del Máster en Gestión sostenible e innovación nutricional en empresas almentarias, CIBEROBN, Universidad de Navarra
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
