Franci Pichardo, del volante a la cocina

A pesar de desempeñarse como chofer de una empresa privada para llevar la comida a la mesa de su casa todos los días, el corazón de Franci Pichardo siempre ha estado en la cocina. Aunque no estudió las artes culinarias como profesión, este soñador incansable siempre ha estado dispuesto a aprender y conocer más sobre lo que considera su mayor pasión.

LISTIN DIARIO

Laura Ortiz Güichardo-Santo Domingo

Sus conocimientos los ha obtenido empíricamente. Si bien es cierto que ha hecho muchos cursos para ir puliendo sus habilidades, fue sin duda el hecho de haberse criado alrededor de personas que se dedicaban a negocios de panadería, repostería y buffet, lo que hizo que se viera prácticamente obligado a aprender, aunque al final admite que terminó gustándole.

El deseo de poder demostrar sus dotes culinarias lo motivó a participar en la primera versión del ‘reality’ MasterChef República Dominicana, el cual tiene como propósito encontrar al mejor chef del país a través de pruebas y retos.

Franci cuenta que se enteró del programa por un anuncio que vio en las redes sociales. Inmediatamente le comentó a sus allegados, estos lo incentivaron a ir, por lo que no lo pensó dos veces y se animó.

Luego de pasar las primeras fases, como a los quince dias de haber hecho la última audición, recibió la llamada que tanto anhelaba: fue elegido entre los 120 participantes para pasar a otra ronda de evaluación.

Llegado el día de la siguiente prueba donde debía presentar un plato, cuenta que por un instante sintió que todo se derrumbaba cuando por complicaciones en su trabajo no pudo asistir, pero eso no lo detuvo, por lo que decidió escribirle a los organizadores para audicionar en otro lugar.

Al ponerse en contacto con ellos y decirles que no había problemas con que se presentara en cualquiera de las demás audiciones, se alegró bastante, ya que sentía que estaba recibiendo una gran oportunidad que sin duda no podía desaprovechar, tanto así que la emoción no lo dejó dormir los días previos, en los que contaba cada segundo.

Recuerda como cada día, mientras cumplía con su trabajo de chofer para una empresa privada, su cuerpo estaba ahí pero su mente solo podía pensar en el plato que realizaría para lograr impresionar a los jueces y garantizar su entrada al programa.

Al no tener vasta experiencia en la cocina gourmet, comenta que lo primero que se le ocurrió fue presentar un plato típico de Cotuí, de donde es oriundo: guinea a la pimienta con puré de buen pan y una crema de castaña. Fue entonces cuando empezó a inventar y crear junto a su esposa, en la cocina de la casa, hasta las 3:00 de la mañana.

“Yo no creía en él al principio, pero siempre lo apoyaba porque sabía lo importante que era para él”, comenta su esposa, Rosanna, quien pese a saber que su esposo tenía ciertas habilidades en la cocina, nunca pensó que fuera tan bueno como para poder participar en un concurso, pero ahora, después de ver los resultados positivos, se da cuenta de lo equivocada que estaba.

Y es que el mismo Franci nunca se visualizó en una plataforma de tanta magnitud, pero tampoco perdía la esperanza de algún día lograr ser reconocido. Como bien lo establece, siempre tuvo claro que los sueños tienen la característica principal de poder convertirse en realidad siempre y cuando se trabaje por ello.

De llegar a la final, sería el antes y después de su vida. Expresa que no daría por sentado el haber obtenido el título de mejor chef del país, sino más bien aprovecharía la oportunidad para seguir estudiando y superándose.

No obstante, considera que el simple hecho de haber participado ya es un premio, por lo que no importa si gana o no, ya se siente ganador. “Yo vengo de una familia sumamente humilde y he pasado mucho trabajo. El simple hecho de ser elegido entre miles de participantes y llegar hasta donde estoy, para mí es más que un logro”.

Recuerda una anécdota de cuando debía realizar un plato, pero en su casa. Se fue el gas como a las 11:00 de la noche y su vehículo estaba dañado. “En ese momento no voy a negar que sentía que todo estaba en mi contra; sin embargo, no dejé que eso me detuviera, por lo que salí a buscar a alguien que me ayudara y heme aquí”, narra al tiempo que aprovecha para aconsejar a las personas que no se abrumen por la primera dificultad que la vida les presente, ya que al final de cuentas el camino hacia el éxito siempre estará lleno de obstáculos, pero los resultados valen la pena.