
Una investigación dirigida por Hiromi Shiraishi, investigadora de la Universidad de Chuo, ha revelado que, además de la anguila japonesa (Anguilla japonica), la anguila americana (Anguilla rostrata) ahora se distribuye ampliamente en productos de anguila procesados que se venden en tiendas minoristas de todo Japón.
Si bien la cría de anguilas en Japón se basa principalmente en anguilas japonesas, dos tercios del consumo nacional de anguilas dependen de la importación de anguilas adultas vivas y productos derivados, que incluyen varias especies de anguilas anguilidas. Como principal importador y consumidor mundial de anguilas, Japón puede contribuir al uso sostenible de anguilas más allá de la anguila japonesa.
Los resultados de este estudio fueron publicados en la revista Fisheries Science el 13 de junio de 2025.
Actualmente existen 19 especies/subespecies de anguilas de agua dulce en el género Anguilla. Estas especies se enfrentan a diversas amenazas, como cambios en las corrientes oceánicas o las condiciones climáticas, obstáculos a la migración, pérdida o degradación del hábitat de agua dulce, enfermedades, contaminación y explotación y comercio insostenibles.
Las poblaciones de especies de anguila, sobre todo las de las regiones templadas del hemisferio norte, han experimentado descensos. Entre ellas se incluyen la anguila europea, actualmente clasificada como En Peligro Crítico (CR) en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, así como la anguila japonesa y la anguila americana, clasificadas como En Peligro (EN).

Dado que la cría artificial de Anguilla spp. aún no es comercialmente viable, todas las anguilas que se consumen actualmente son de origen silvestre, principalmente crías de angulas (alevines) capturadas y criadas en acuicultura. La cría de anguilas es más activa en Asia Oriental (China, Japón, Corea del Sur y Taiwán), siendo Hong Kong un importante centro comercial para el comercio internacional de angulas.
Tras la inclusión de la anguila europea en la CITES en 2007, que entró en vigor en 2009, y las bajas capturas de anguila japonesa a principios de la década de 2010, aumentó la demanda de alevines vivos de anguila de otras especies. Tras el surgimiento temporal del Sudeste Asiático como fuente clave de suministro, la demanda se ha concentrado cada vez más en la anguila americana.
Mientras tanto, el comercio ilegal de anguilas europeas, en concreto de angulas, ha persistido a gran escala. Se sospecha que estas angulas comercializadas ilegalmente se están blanqueando para la acuicultura fuera de Europa y podrían reingresar a los mercados mundiales disfrazadas de otras especies.
Las escasas distinciones morfológicas entre ciertas especies de anguila, incluso en especímenes enteros, hacen indispensable el análisis genético, especialmente para productos procesados. Además, la falta de códigos comerciales específicos para cada especie dificulta la comprensión de los patrones comerciales y las tendencias de consumo. Como principal consumidor e importador mundial de anguilas, Japón desempeña un papel crucial en la sostenibilidad de sus poblaciones. Sin embargo, los estudios detallados sobre la composición de las especies de anguilas en el mercado japonés siguen siendo notoriamente escasos.
Se compraron un total de 134 productos de anguila (kabayaki) a minoristas en varias ciudades de Japón (Tokio, Osaka, Fukuoka, Okayama, Kagoshima, Sendai, Hakodate) de enero a febrero y en julio de 2024. Todas las muestras se recolectaron de minoristas, incluidos supermercados y grandes almacenes, para este estudio, porque el 88% de las anguilas consumidas en Japón se venden a través de minoristas en función del valor de venta, según el informe final encargado por la Agencia de Pesca de Japón.

Se extrajo ADN total para el código de barras, se amplificó mediante PCR y se secuenció el gen del citocromo b para identificar la especie. Los resultados se compararon con los datos sobre el consumo de angulas para la producción agrícola y acuícola en Japón y China, las estadísticas de importación de anguilas vivas y procesadas de Japón, y los datos comerciales de la CITES sobre la anguila europea.
De las 133 muestras en las que se logró identificar la especie, la anguila japonesa fue la especie más frecuentemente identificada, representando el 61,7% de los productos de anguila con 82 muestras, seguida de la anguila americana (36,8%, 49 muestras) y la anguila europea (1,5%, dos muestras). Todos los productos de anguila de producción nacional se identificaron como anguilas japonesas. En los productos importados, todos procedentes de China, la anguila americana fue la especie más frecuentemente identificada.
Según los datos publicados durante la 16.ª reunión de la Consulta Informal en 2023, las anguilas japonesas representaron casi el 100 % del consumo de angulas para el cultivo en Japón en los últimos años. Los mismos datos sugieren que las anguilas japonesas y americanas representaron más del 90 % del consumo de angulas para el cultivo en China desde la temporada de pesca 2018-2019 hasta la temporada de pesca 2022-2023. La composición por especies de los productos de anguila coincidió con los datos de consumo de alevines vivos de anguila para el cultivo en Japón y China.
Japón se consideraba en su día uno de los mayores mercados para el consumo de anguila europea, pero el estudio actual sugiere que ahora el consumo es mínimo. Este estudio indicó un claro cambio en la especie dominante secundaria, pasando de la anguila europea a la anguila americana, con solo dos muestras detectadas de anguila europea.
La reciente identificación de especies de anguilas en Europa, Norteamérica y Singapur sugiere el creciente predominio de la anguila americana en el mercado mundial de consumo de anguila en los últimos años, una tendencia que este estudio también ha confirmado en Japón. El reciente aumento drástico en la captura y el comercio de angulas ha suscitado preocupación por la pesca INDNR y el comercio ilegal en los estados del área de distribución de la anguila americana.
Los datos comerciales de la CITES y los datos aduaneros indicaron que se estimaba que las anguilas europeas representaban el 72,1% de las importaciones totales de anguilas preparadas de China en 2014. La proporción de anguilas europeas parece haber disminuido sustancialmente a lo largo de los años hasta llegar al 3,9% en 2022.
La baja frecuencia de la especie en el estudio (1,5 %) coincidió con la frecuencia esperada de anguilas europeas según los datos de importación de la Aduana de Japón y los datos comerciales de la CITES. Si bien esto se basa en un estudio instantáneo, es improbable que las anguilas europeas hayan estado eludiendo la normativa de la CITES y entrando ilegalmente en el mercado japonés en grandes cantidades.

Investigaciones previas han puesto de relieve la gran escala del comercio ilegal de anguilas europeas. Sin embargo, la escala y los patrones de consumo de las anguilas europeas criadas a partir de angulas de contrabando siguen siendo poco claros, lo que genera una brecha en la comprensión del alcance total de este problema. Al igual que la necesidad de monitorear las especies de anguilas que se venden en el mercado japonés, se necesitaría más investigación sobre el consumo de anguilas en otros países y regiones menos conocidos, como China y Corea del Sur.
Este estudio demostró que la mayoría de las anguilas que se consumen actualmente en Japón son japonesas y americanas, siendo las europeas raramente encontradas. La creciente prevalencia de la anguila americana en los mercados globales se observa ahora en Japón, que históricamente ha sido un factor clave en la demanda mundial de anguila.
Siguen siendo necesarias inspecciones continuas para evitar la importación de anguilas europeas cultivadas con angulas traídas ilegalmente de la UE. Como principal importador y consumidor mundial de productos derivados de la anguila, Japón puede contribuir al uso sostenible de anguilas más allá de la anguila japonesa.
Más información: Hiromi Shiraishi et al., Consumo de anguila en Japón: Perspectivas a partir de la identificación genética de especies y datos comerciales, Fisheries Science (2025). DOI: 10.1007/s12562-025-01894-2
